A pesar de que sea tan simple, y hasta tan obvio el retorno que tiene invertir en calidad, es muy usual el foco en salir rápido y barato.

O sea, asegurarse de cometer errores, consecuencia inevitable de trabajar con apuro. Avivar a los competidores, regalarles el negocio en bandeja, y multiplicar toda la inversión en desarrollo y publicidad por cero.


Como consultores UX, en Kambrica advertimos a las empresas que asesoramos sobre patrones usuales de gestión que llevan al fracaso.

La fórmula para el éxito puede ser esquiva, pero una condición es innegable: no cometer errores estúpidos que hayan podido prevenirse, ni tan caros que no puedas recuperarte.