Una muestra de nuestro proceso de diseño

La “experiencia del usuario” no se trata de páginas web y apps, sino de entender el diseño desde lo que le pasa a la gente. Aplicamos esa mirada a todo nuestro trabajo – incluso cuando no hay tecnología involucrada, como en el siguiente ejemplo.

Todo empezó con un pedido del responsable del área:

“Les paso la idea que necesitamos comunicar a los pacientes en las habitaciones… No está permitido el ingreso de visitas, sin excepción alguna. No puede circular por los espacios comunes del sanatorio bajo ningún concepto. En caso de tener que comunicarse con el personal de enfermería o mucama por favor hacerlo por teléfono fijo o bien por whatstapp a estos números: 1234, 1235, 11 9999 1235. Además, recuerde que cuando ingresen profesionales de la salud debe siempre colocarse el barbijo para recibirlos”.

Nuestra primera consideración para esta pieza –una aficheta A3– es que la gente no lee… y menos aún en condiciones de angustia y estrés. Se trata de situaciones emocionales complejas que debemos tomar en cuenta.

La redacción debía ser clara, concisa, y expresada en términos positivos en todo lo aplicable. Es mejor indicar qué se puede hacer, en lugar de prohibir todo lo que no se puede: “Permanezca siempre en la habitación” resulta mejor que “No puede circular por los espacios comunes del sanatorio”.

Más que declarar prohibiciones, lo que buscamos es plantear al paciente como parte activa colaborando y cumpliendo con el protocolo.

También tomamos en cuenta condiciones de accesibilidad. Los pacientes pueden no tener buena vista; el 95% de las personas mayores de 55 años sufre presbicia. El texto debía tener buen tamaño, contraste y espacio negativo – además, desde luego, de una tipografía legible.

Consideramos que el número de WhatsApp podía competir con los de los internos, al tener más dígitos. Conociendo por relevamiento adultos mayores que no saben usar WhatsApp, entendimos que reducir el tamaño de ese texto no representaría un problema para ellos.

Consultamos por el término “mucama”: dentro del sanatorio se considera el término correcto. Nos surgió la duda de si los pacientes las considerarían “profesionales de la salud”: era necesaria una redacción que redujera confusiones respecto al uso de barbijo para todos los casos, no sólo médicos y enfermería.

Por último, el uso de iconografía podría permitir romper la monotonía y apoyar algunos puntos.

Estas decisiones de diseño y comunicación llevaron pocos minutos. El resultado que publicamos a continuación, puede servir de referencia para otras instituciones con el mismo desafío:

Cuando hablamos de diseño, hablamos de resultados

La palabra “diseño” suele remitir a cuestiones estéticas y de expresión visual. En Kambrica lo entendemos en su sentido más amplio: la capacidad de entender lo que se desea resolver, proyectar con propósito, y obtener el resultado que se pretendía.

Desde esa filosofía, llevamos más de diez años logrando soluciones centradas en las personas para el Sector salud. En donde el diseño hace la diferencia, nuestro equipo de consultores está para ayudar.