“Profesionalismo, liderazgo y emprendedorismo en Diseño”, presentada desde 2013 en Buenos Aires, Recife (Brasil) y Ámsterdam.

Los temas expuestos resumen 20 años de experiencia profesional y conversaciones sobre esta problemática con diseñadores, empleadores y clientes de Latinoamérica, Norteamérica y Europa.

Respeto Profesional es lo que permite a un profesional realizar su tarea. Si un médico no tuviera el respeto profesional que le corresponde, le tomaría mucho tiempo convencernos de que nos quitemos la ropa para poder revisarnos.

Los diseñadores de todo el mundo nos encontramos a menudo con situaciones en donde no contamos con el respeto profesional necesario. ¿Cómo podemos lograrlo? ¿Qué distancia hay entre la universidad y la práctica profesional? ¿Cómo podemos cubrirla de manera efectiva?

Los niveles del respeto profesional

Junto con José Allona, co-coordinador de IXDA BA, ideamos lo que llamamos “la escalera del respeto”. Hay una serie de pasos que debemos cubrir hasta llegar al “respeto universal”, esto es, cuando “diseñador” resulte un título suficiente para establecer las conversaciones productivas, de la manera en que hoy lo logran para sus casos los títulos “médico” o “ingeniero”.
La primer etapa de esta escalera es pasar, de lidiar con artefactos, a tratar con gente.

Conceptos centrales:

  • El criterio de aceptación: pasar del criterio técnico (en el cual una autoridad aprueba o rechaza el resultado) al criterio profesional (el cumplimiento de un compromiso asumido).
  • Comunicación profesional: distinguir entre las formas de escuchar información o emociones (entender vs. empalizar), las formas de expresarlas (explicar vs. expresar), y los momentos que les corresponden.
  • Planificación y gestión: conocer el modelo de triple restricción (calidad, tiempo, costos) y las acciones necesarias para que el proyecto se mantenga enmarcado adecuadamente, o sea revisado el marco a tiempo en caso necesario.
  • Evitar el apego a decisiones y resultados: el trabajo del diseñador no es tomar “la” decisión y lograr “el diseño”. Es proveer alternativas de resolución para que el responsable del proyecto pueda entender pros y contra, y dar dirección en cada etapa. Para ello es necesario elaborar de forma económicamente razonable las alternativas, exponer sus pros y contras, y acompañar una decisión informada.