De ese estudio, una de las conclusiones que surgieron es que no alcanza con poseer habilidades técnicas en el manejo de herramientas de diseño, y tampoco de conocer a la perfección todos los patrones y heurísticas de diseño de interfaces. Los dos insights más importantes revelan que las habilidades más requeridas no tienen que ver con capacidades técnicas o metodológicas, sino con la capacidad de incorporar conceptos de negocio y poder comunicar las decisiones de diseño a otros equipos.

Conocimiento del negocio

Uno de los consultados dijo que en su experiencia, una de las habilidades que le resulta muy difícil de encontrar es la capacidad de los diseñadores de incorporar los requerimientos del negocio a los criterios técnicos y estéticos. Es decir, la mayoría de los diseñadores se preocupa por la interfaz y pierde de vista los objetivos de negocio o los considera como restricciones en lugar de verlos como el propósito principal de su trabajo. 

En este sentido, surge la necesidad de propiciar una comunicación frecuente en la que tanto las áreas de Negocio como las de Diseño puedan conversar planteando sus necesidades y limitaciones.

Comunicación

Por otro lado, los diseñadores tampoco suelen tener habilidad para comunicarse con otras áreas y de entender cómo el diseño forma parte del contexto general en el que se inserta su trabajo.

Junto con la capacidad de incorporar los objetivos de negocio a su trabajo, también es importante que los diseñadores puedan hablar el lenguaje del negocio y del producto para poder influenciar los resultados del proyecto y lograr que la visión de UX sea incorporada y además valorada.

En este sentido, la capacidad de los diseñadores de explicar sus decisiones en función de los objetivos de negocio y no sólo en términos estéticos tiene no solamente un gran impacto en el éxito o fracaso de un proyecto, sino que también elimina el criterio subjetivo, y por lo tanto cierra la puerta a interminables discusiones basadas en “me gusta” o “me parece”. Un ejemplo, es la capacidad de defender la decisión de despojar a la página de elementos decorativos innecesarios, que confunden al usuario y le impiden concretar una tarea crítica como por ejemplo, finalizar una compra o registración. 

Así, presentar y defender el diseño es una habilidad no “deseable” sino imprescindible. Una de las cualidades que se otorgaba a Steve Jobs era su capacidad para comunicar los beneficios de sus decisiones de diseño a los principales stakeholders y a los consumidores, lo cual fue uno de los factores que impulsó el crecimiento exponencial de Apple y del nivel de lealtad hacia la marca.

Fuentes utilizadas:

Why your ux designer won’t be the next Steve Jobs
Designers must attend to business